lunes, julio 30, 2007

Vuelvo a tener mi vida metidita en cajas. Espero que, esta vez, sí sea la última.

Mi casa está quedando chula, pero faltan demasiadas cosas de poner, así que todavía tengo que seguir esperando. Mañana: a Palencia con los trastos; dentro de una semana: a Burgos con los trastos. Después... Dios dirá

miércoles, julio 25, 2007

MI(s) SOBRI(s)


Recuerdo todavía a Juan cuando nació; una sensación rara apareció en mi ese día: ya nunca más iba a ser libre: a partir de ese momento unos lazos de dependencia mutua acababan de despertarse en mi. Ese niño, mi ahijado, mi primer sobrino, mi pequeñito, me necesitaba como nadie me iba a necesitar nunca. Él necesitaría mi mano para dar sus primeros pasos, él me haría correr calle arriba y calle abajo y con él empezaría, yo también, a aprender un idioma nuevo: el suyo.



Y ahora ha llegado Marcos (a que es guapo, ¿eh?). La sensación vuelve a ser nueva: un enanín que nos cambia la vida de nuevo, esta vez, también, a su hermano. Pero no tengo la sensación de dependencia, al menos no todavía. Me pueden las ganas de hacer sentir a Juan que las cosas siguen igual, me puede el sentimiento de “estar descolocado” del mayor, frente a un pitufo que ha venido a quitarle un sitio que era suyo. Pero, por otra parte, también me puede el verle, tan pequeño e indefenso, tan chiquitín y tan grande a la vez. Me puede la emoción de verle con su madre, MI HERMANA!! (qué orgullosa lo escribo), chupando de la teta o durmiendo junto a ella.

Son dos, ahora sí. Ya no hay barriga a la que tocar y sí hay llantos que escuchar a las tantas de la madrugada. Ya no hay nervios por un parto que no llega, pero sí hay nervios por saber quién llora y por qué lo hace. Son dos. Y serán un equipo. Un equipo grande y que, seguro, todo lo podrá. No hay nada más fuerte que dos hermanos que se quieren. Seguro que estos, brechas a parte, competirán juntos para ganar a la vida algún rato.

lunes, julio 23, 2007

Ya hay un niño pequeño nuevo en casa. Nació hace apenas cinco días y ya está muy asentadito. Es grande (¡más que Juan!), nació con 52cm y pesando ya 3,820. Es un enanín que pasa más tiempo dormido que su hermanito, pero que sólo sabe hacerlo cuando la teta de su madre está cerca (y no para chuparla, que sería lo lógico, sino para olerla!)



Y Juan está raro. Pequeñito no se siente del todo bien con ese pitufo que ha llegado y le quita tiempo de su mamá. Pero cuando le ve dice: "nito" (su particular forma de hermanito) y sonríe como si ese bebé fuese, también, lo más grande de su vida. Lo será, seguro, como lo es mi hermana para mi aunque ahora la sienta perderse en la lejanía, aunque no consiga entender el por qué de su comportamiento o desconozca sus razones para actuar así.

Pequeñito llegó hace dos años y poco para empezar a ser el centro de nuestras vidas, quien alumbra cada noche con su sonrisa y nuestra razón de vivir (en mi caso eso ha sido literal) Su vida cambió la nuestra como ahora la suya con el bebé. Pero será para bien, no hay mayor bendición que un hermano.

sábado, julio 14, 2007

Escucho música desde el móvil, no estoy en mi casa ni tampoco en la de mis padres, sino en la de mi hermana porque el pc de mis papis va como quiere él y no como quiero yo. Hoy estoy encantada: mis amigos están en Burgos (los de allí y los de aquí) y yo estoy en Palencia esperando que mis padres vuelvan, también, de allí puesto que se han ido a ver mi casa. ¿Por qué no he ido yo? Porque me hubiera gustado quedarme y, si voy con ellos, no puedo llevar mi coche; además mi padre, el "anti-coche" no entiende que yo quiera ir con mi propio medio de transporte habiendo autobuses para bajar al centro, si así me apetece. En fin, que estoy calentita...
Mi hermana sigue sin tener niño, así que seguimos de espera. Y como bien dice el refrán: quien espera desespera. Y empezamos a estar todos un poco nerviosos: mi hermana ya está cansadina (9 meses es mucho tiempo, no?) y con una barriga enoooooooorme. Y nosotros expectantes: no podemos movernos de aquí en previsión del feliz acontecimiento (parece esto el parto de la Leti, de tanta expectación como está creando) Tanto es así lo de tener que estar aquí que, como mi sobri (el que está escondido) no se decida a salir rápido quizá me toque quedarme en tierra mientras se celebra la despedida de soltera de L. (Mi padre me ha pedido, que si el enano no ha nacido o está mi hermana en el hospital, que me quede) Qué buen verano estoy pasando!!!
Los obreretes ya están en mi casa, así que la cocina y el baño van que echan humo. Ya están elegidos los muebles de la cocina y, ahora, me queda escoger el color del que voy a poner en el baño. Es lo que me hace ilusión de la casa; veo que hay demasiadas cosas por hacer y eso me agobia un poco, así que estoy encantada de tener algo "decente" allí: ya podré comer, descomer y ducharme en un ambiente agradable y nuevo.
R. sigue por esas tierras guerreras. Está bien, llegó bien y me envió un mensaje para decirme cómo le había ido el primer día por allí. Se lo agradezco, la verdad es que sí estoy preocupada y no hay un sólo día que no piense en él y que no encienda el pc para ver las noticias pensando que me voy a encontrar una noticia que me parta, un poco más, el alma. Pero él está contento, con esperanza y con ganas y eso a mi me llena de alegría y me da un poco de paz. Sigo esperando que cinco meses pasen pronto (ya sólo quedan 4 y medio)
Mis amigas se ríen porque digo que voy a dejar de tontear con el mundo que me rodea, aunque no soy consciente de cuándo lo hago. De momento yo tengo la sensación de que sí lo estoy consiguiendo, pero ellas se parten cada vez que me ven hablando con alguien porque dicen que sigo como siempre. Tendremos que ver la evolución y luego juzgar, ¿eh, jinetas?
El otro día me dijo un amigo que le emociono cuando escribo. Un lujo que le digan eso a alguien que se emociona cuando escribe. Gracias.
Agradezco mucho a mi gente el estar cerquita y a todos los que habéis "reaparecido" el que lo hayáis hecho, aunque haya sido tras una investigación detectivesca o un largo viaje. Bienvenidos, aquí mi vida, al otro lado vosotros, compartiendo conmigo el camino. Gracias.