Hoy, aparte de ser un día espantoso (dentro de la tónica habitual en estas últimas semanas, para qué engañarnos), he tomado una determinación: empezar a poner fin a una tontería bastante tonta: estar triste. Parece sencillo, verdad? Pues... tiempo al tiempo, porque, con esto y un bizcocho probablemente no esté sólo pensando hasta mañana a las 8, sino que tenga que estar recordándomelo casi casi por los siglos de los siglos amén, o, al menos, durante un periodo razonable de tiempo.
He abierto una page en este invento, para qué? Quizá porque siempre pensé que escribir era una buena forma de espantar fantasmas y ahora tengo muchos y muy bien alimentados... Quizá porque me ha dado por ser un poco exhibicionista, quizá porque tengo demasiado tiempo libre... Pero bueno, que estoy aquí.
La declaración de intenciones la dejo para otra ocasión (cuando tenga intenciones que declarar, claro está) mientras tanto os dejo, seguiré un rato escuchando a Melendi cantando tonterías que me ponen las pilas (aquí Cristina la hortera, aquí un amigo, o no, qué más da!!)
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