Reunión sorprendente de comunidad hoy. La posibilidad de ir a vivir una semana a Villalón se deshace por un par de razones (y en las dos, casualmente estoy yo por el medio): la primera tiene que ver con la enganchada con la chica de la que hablé anteriormente, y la otra por ser motivo de cotilleos para los dos aspirantes que tienen los hermanos allí. Todo lo expuesto es sensato, si no fuera porque la otra interesada (es decir, la que me dio voces) no estaba y me he sentido, en parte, reprochada por una historia que no sólo tiene que ver conmigo.
Mi relación con el Jefe está ahí, tranquila (traducción: yo no le molesto a Él y Él no me molesta a mi). Volvemos a buscarle por las esquinas mientras vuelve la ansiedad, esta vez, en forma de dolores de cabeza. Un consuelo me queda: "Confía en tu Dios, porque volverás a alabarlo"
Pues eso, que volveré a encontrarlo cualquier día, en cualquier sonrisa.
2 comentarios:
Sí, la confianza en el futuro no debe perderse.
Las sendas del Señor son inescrutables
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