A veces escribir es un ejercicio de mentalidad, a veces un ejercicio de escuela, a veces un ejercicio meramente intelectual, a veces escribo porque no hay nada mejor que hacer, a veces porque las hadas vienen a estirar mis dedos sobre el teclado, a veces soy yo quien les desperezo y les mando ponerse en acción, pero cuando realmente escribo algo que valga la pena eso es porque mis entrañas, mi alma, mi corazón y mi estómago están en cada letra de esa historia.
Hay mucha entraña en este blog...
1 comentario:
Sí, vamos dejando parte de nosotros en cada cosa que hacemos. Quizás por eso hay un final gozoso en el desprendimiento.
Saludos.
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