Si la tranquilidad tuviera un color sería el azul; el azul del mar, el azul del cielo cuando no amenaza tormenta y nos deja ver el sol e imaginar formas en sus nubes blancas, el azul de los ojos de L cuando me mira y me dice: "Cris, la estás liando, pero estaré contigo el día que haya que pegar los trocitos"...
El olor de la tranquilidad es el olor de mi casa, el olor de la casa de mi hermana con su olor a bebé, el olor de mi padre, el olor al pan de aquí, el olor a calorcito de mi casa, el olor a café de Palencia.
Y su sonido es la risa que se esconde tras "pequeñito", la risa que provoca mi padre en mi, la risa que va con mi hermana y conmigo, la voz de mi madre, la voz de mi padre, la voz de L, una vez más, tras el teléfono haciendo visible lo invisible.
La tranquilidad es, por tanto para mi, un estado que me proporciona Palencia. Y es que aquí, con mi gente y mis cosas, parece más facil verlo todo azul.
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