La vida está llena de unas sombras que no me permiten ver ni la suela de los zapatos con los que ando pero, al fondo, iluminando , al menos, las manos con las que empezaré a construir, de nuevo, mi futuro, está esa gente que hace que estar aquí, que seguir viva, que sonreir siga valiendo la pena.
Son mis amigos la gente por la que sigue valiendo la pena salir a la calle, luchar. Son mis alumnos por los que sigue valiendo la pena dejar la piel en cada clase. Es el sol por el que vale la pena levantarse cada mañana. Y es que, como dice el libro que estoy leyendo, todos somos benditos y, sobre todo, amados desde el principio de los tiempos con un Amor que va mucho más allá de mis méritos. Gracias a quien me quiere por quererme más allá de lo que hago, de mis contestaciones, de mis malas caras o de mis pocas ganas de luchar...
2 comentarios:
De nada, aunque no sé si darme por aludida porque yo te quiero mucho, pero no demasiado, porque es justo lo que te mereces.
:-) Gracias por dibujar una sonrisa... Entras dentro de ese grupito de gente al que considero amigos...
Mil besos
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