jueves, febrero 17, 2005

Hubo una epidemia de tristeza en la ciudad...

Como dice Sabina hay una epidemia de tristeza en la ciudad. Esto no es una ciudad, es un colegio, y yo no soy Sabina (un poco más guapa creo yo que sí soy) pero hay una epidemia de tristeza aquí. Empezó el lunes, fue curioso ver cómo, de repente, todos estábamos tristes tomando el café, nadie sonreía, o al menos no lo hacían como siempre, y todo así, sin más, sin razones... Pero ayer llegó la razón, ayer sembraron la tristeza en mi, yo no sé quién fue, ni de quién fue la culpa ni quién rompió los sueños ni los espejos ni... ni nada, sólo sé que no me siento bien, que tengo ganas de llorar sin ganas. Me traicionaron, bueno, no, yo me sentí traicionada: quien nada pide nada espera, y ellos no me habían pedido nada, así que no esperaban nada, por lo que no debí hacer lo que hice. Fue mi culpa, sí, lo sé...pero el sentirte solo, el preguntar algo y que todo el mundo baje la cabeza hace sentir... sólo, esa es la palabra: sentirse solo. Sólo por encima de cualquier diferencia o cualquier carencia, sólo frente a todo el mundo cuando todos saben lo mismo que tú. Y duele. Y ya sólo queda esperar a que el corazón cure sus heridas...

viernes, febrero 11, 2005

De vuelta

Pues que he vuelto. Nada más que decir... Se fueron los fantasmas y como están empezando a volver disfrazados tras un nombre: Andrea. Siempre él, durante años. Vaya tortura!! (sarna con gusto no pica, que dicen en mi tierra, pero hay que quejarse) Y ahora ha llegado, y está, o ha estado, bastante presente en una vida que no deja de ser mía pero que sueño compartir con él. Y no lo voy a hacer. No. No, porque es un egoísta, porque no me hace sentir bien en ocasiones, porque cada vez creo que es menos la persona que yo busco. Pero al final es que sí: sí por la sonrisa, sí por los momentos en los que me hace sentir que puede acabarse el mundo y no importarme en absoluto, sí por la forma de mirarme, sí por lo sueños, sí porque con él consigo dormir bien, sí porque me sonríe, sí porque es impresionantemente inteligente y culto, sí porque me aporta mucho más de lo que nadie me había aportado en tiempos, sí porque no puedo evitar quererle...

Por lo demás... estoy bien: sigo en el pueblín. Pero estoy bien. Llena de mierda hasta arriba, con una cantidad de trabajo que asusta (con la cantidad de maestros que hay en el paro por qué no mandan un par de ellos a mi cole y así nos quitamos un poco de agobios?) pero contenta porque he conseguido pasar de la jefa que me sacaba de mis casillas (ahora me saca, pero de forma menos permanente). Y además conozco gente y me entretienen: me mandan mensajes hasta las mil y una, me llaman a las tres de la mañana y se presentan en casa a dar guerra un rato... Y eso, para mi, es un poco la gracia de vivir sola...

Y.... no he echado de menos escribir. Pero sentía que tenía que volver...