miércoles, noviembre 28, 2007

Acabo de leer una frase que, en este día, viene que ni pintada: "El placer y el dolor se acuestan en la misma cama" (Proverbio checo)
Hoy es mi cumpleaños (ya 28 años) y he sido feliz con los niños que se han portado genial y me han hecho miles de regalos y, sobre todo, me han hecho sonreir mucho. Pero, por otra parte, mi padre, que había ido a comer conmigo, se ha tenido que volver a la carrera porque han ingresado a mi tía Mari. Tras unos análisis el oncólogo le ha dicho que, probablemente, sea la última vez que la ingresen.
Un nuevo marrón para mi padre, que se lo ha comido él solito, para variar un poco.
De momento paciencia, no quieren que vaya a Palencia porque "no pinto nada allí" y "asustaría a mi tía" así que, de momento, me quedo. Mañana... Dios dirá.

lunes, noviembre 05, 2007

Pensaba

Pensaba hablar de cosas bonitas aquí: de responsabilidades, de confianzas, de la comunidad, de mi casa y mis amigos, del cole. Pero, de repente, sólo puedo hablar, desde esta clase vacía que ahora me mira con mochilas colgadas y con un silencio inusual, de mis chicos y sus regalos.
Ellos, cada día, me regalan mil sonrisas, mil momentos para recordar (aunque, maldita memoria de pez, casi no recuerde ninguno), mil confidencias. Y eso, para mi, vale mucho.
Hoy se han quedado castigados unos cuantos por tener una bici (dos ceros) en inglés y el último en marchar ha sido uno de los que más guerra me dan, pero de los más honestos. He aprovechado para hablar con él, antes de que se fuera, sobre por qué sus exámenes estaban ultimamente desastrosos (peor que de costumbre, ya que el enano no es especialmente bueno) y ha empezado a llorar, desesperadamente, porque su madre está mala. No sabe lo que tiene ni qué va a pasar. Y él tiene un miedo atroz a esa enfermedad que desconoce. Quizá dándole información y hablando con él esa madre, con tanto miedo como él, podría calmarle un poco el alma. He tratado de tranquilizarle, de darle un poquito de luz para su oscuridad y le he animado a preguntar. Espero que esté más tranquilo.
Agradezco tanto sus lágrimas, su confianza en mi que, verdaderamente, estoy emocionada...