martes, agosto 30, 2011

Juego

Me han descrito como una jugadora nata. Como alguien que sabe manejar sus cartas de forma que no pierda nunca, como quien maneja el aire a su antojo para que siempre sople favorable y nos llene de sonrisas. Era jugadora. Ahora ya no sé jugar. Ahora las piezas del puzzle, las cartas de la baraja, las fichas del parchís, están todas por el suelo. No sé colocarlo. No sé si quiero colocarlo.

He perdido. Uno, cuando juega, puede ganar o perder. Y yo he perdido. Esta vez el juego ya no es tal, se ha puesto serio. Ahora hay que establecer las normas, los turnos, las reglas y las fichas. Cuando lo tengamos todo empezamos de nuevo. Por el momento... shhhh!!

miércoles, agosto 17, 2011

Silencio, se siente

La cabeza de pensar quedó en el cole, allí donde se quedan todas las cosas cuando vas de vacaciones, así que ahora no puedo usarla. Por eso, por favor: Silencio. Hoy: se siente...

viernes, agosto 12, 2011

Escribir

sin que salgan las palabras, con sonrisas, con imágenes, con¿tigo?

Un día y medio y el mundo está upside down, sé que no pasa nada, que las aguas vuelven a su cauce, que, algún día, esto quedará en una anécdota. Pero hoy... tengo tu imagen muy cerca.

jueves, junio 02, 2011

Escuchando... (¿me?)

A veces tengo la sensación de que seré una sufridora de Alzheimer (buf, la enfermedad del olvido: ¿es peor que te olviden u olvidar TODO?): no recuerdo conversaciones, cosas que he dicho... pero creo que todo es por falta de atención. En muchos casos mi escucha no es una escucha activa: no presto la atención debida. No valdría para psicóloga si no tengo un boli y un papel a mano: tomar apuntes es la única forma de tirar del hilito del globo para mantenerme unida a la tierra.
Otras me doy cuenta de que no es cierto, de que mi escucha activa es bastante buena: presto atención y hasta consigo decir algo interesante! Un logro para una rubia por la que poca gente daba un duro.
Y mira ahora, de "escuchante" (como dicen en la radio) de gente importante (no de los que salen en los MMCC, sino de los que entran en mi vida) y encontrando un sitio en esta vida que tanto se nos complica en ocasiones. Pero, ¿quién escucha a los que escucha? Para ser escuchado, primero, has de querer hablar y, algunas veces hablar, poner nombre a los fantasmas que te asustan, como decía Santos, simplemente es la mejor forma de asustarte.
No lo sé. No sé nada. O sí. Sé dar las gracias porque la confianza, esa que cada unx de los que estáis por aquí, por allí o por cada uno de los rincones de este corazón colmena, lleno de recobecos pero uno sólo al fin, habéis depositado en mí. Y perdonad mi torpeza, mi no saber...
Lo cierto es que lo único que tengo soy yo, es lo que os quiero y lo que quiero. Una vez más, como siempre: bienvenidxs a mi vida.

domingo, mayo 01, 2011

La Iglesia, "esa" Iglesia

Hace tiempo que estoy un poco descreída y no sé si este es el sitio donde venir a decirlo, donde venir a "limpiar" mis pensamientos, pero no se me ocurre un sitio mejor.

La Iglesia, esa en la que yo sí he creído, cada vez está más alejada de "mi" Iglesia, de la que yo creo y es que ver, hoy, la beatificación de Juan Pablo II, ver a Benedicto XVI besando una capsulita en la que está la sangre de su predecesor en el "trono" me ha retrotraído al S.XII, comprendo que en aquella época, alejada de todo lo que ahora consideramos siquiera sensato, guardaran las cuerdas vocales de S.Antonio de Padua (palabra, lo he visto) pero ahora... ¿quién ha tenido la maravillosa idea de sacarle un tubito en lugar de para hacerle un análisis para ponerselo a los fieles y que lo besen? ¿Estamos locos?

Cada vez estoy más lejos de ellos, de los que predican y a los que se les llena la boca de un Dios del que parecen tener el monopolio. Y yo no me los creo. Y eso me hace separarme del Dios que me cobija, que siempre lo ha hecho.Y eso me hace sentirme en medio de una tierra de nadie en la que la lucha por la existencia se hace feroz. ¿Existe o lo he soñado? ¿Existe o me lo he inventado? Existe, seguro, estoy tan segura como lo estoy de lo que he ido viviendo bajo su paraguas y sobre sus brazos durante estos 31 años. Existe, claro que existe, pero demasiadas veces las nubes no me dejan ver el Cielo.

martes, marzo 29, 2011

Vergüenza

Nunca había decidido dar este blog, no lo había hecho público por muchas razones, quizá la fundamental es porque todo lo que escribo aquí lo sangro: es tan mío que me emociona, incluso, leerlo después.
Pero he decidido compartirlo a pesar de la vergüenza. Tampoco es malo que te conozcan, al fin y al cabo. Ya está bien de llevar la máscara a todos lados. Con un poco menos de maquillaje, también se vive.

domingo, marzo 06, 2011

Tantísimo tiempo...

Hace tantísimo tiempo que no escribo... Y no hay razón para hacerlo ahora. O sí. Da igual, lo hago.


Hoy he leído que la mayoría de los que teníamos un blog hace tiempo lo hemos dejado abandonado y nadie escribe ya en ellos. Quizá esa es la razón: vengo porque no quiero que la vida que aquí dejé escrita se quede olvidada, como todos los diarios viejos que he ido tirando. Quiero que este blog siga vivo, que la memoria de lo que he ido escribiendo aquí siga latiendo. No es posible. No soy la misma que empezó a escribir hace ya unos cuantos años. Sin embargo siento que las palabras sin sentido (¿?) que plasmé tienen mucho que ver con lo que soy ahora. Soy, también, lo que en este blog describí que era. No soy más yo que cuando escribo y aquí lo hago sin miedos, desnudando mi alma más que en cualquier otro lugar. 


Palabras... Esas son las que definen mi vida, son las que suben y bajan por mi cuerpo para definir mi mente. Palabras.... Sólo eso y mucho más que eso, y es que las palabras no han sido nunca nada sin una voz que las acompañe. Sólo así cobran su sentido. Por eso aquí no lo tenían. El papel blanco, la pantalla del ordenador, las deja planas.
Palabras... Palabras con sentido, con sentimiento, con seguridad, con sencillez, con sensiblería en ocasiones, sensatas (alguna vez se me escaparon estas), pero siempre sentidas.
Palabras... Ni muchas ni pocas: las que necesitaba para explicar lo mucho que dolía o lo contenta que estaba. 
Palabras... Esas que ahora no salen ni aunque las busque. Esas que se han escondido en la comodidad del amor encontrado y asentado (si alguna vez el amor se asienta), esas que vuelan con las mariposas del estómago cuando viajo de su mano, esas que pensé que se iban a quedar en Burgos para siempre y ahora han decidido venir conmigo hasta Palencia, esas que siguen esperando la oportunidad de encontrar su sitio en la ciudad que dejó de serlo.
Palabras... Las que te describen, las que te adornan, las que te siguen, las que se diluyen con el tiempo.
Palabras, palabras, palabras. Sólo palabras y todo palabras.




Y hoy no salen las palabras: estamos a la espera de una prueba importante de mi sobri pequeño. Hoy no hay palabras, no hay nada. Sólo nervios atados al estómago. Irá bien, seguro, pero nos han robado las palabras.