lunes, marzo 31, 2008

In memoriam

Había pensado escribir sobre mis vacaciones, sobre cómo he disfrutado de mis sobris y, sobre todo, de ese chico que cada vez llena más mi tiempo y, sobre todo, mi alma. Pensaba hablar aquí de los mil momentos que hemos compartido, de cómo mi cama es demasiado grande sin él y cómo los relojes arrullan el tiempo más despacio cuando no está. Quería contar cómo mi vida tiene sus razones. También me hubiera gustado hablar de un mail y una llamada de teléfono que rompió un candado demasiado bien cerrado durante doce años, me encantaría haber contado que todos los nudos se van soltando. Pero.................


Pero no puedo hablar más que de unos ojos tristes, de un niño que ha perdido a su madre tras muchos años de dura agonía. No puedo hablar más que de un sentimiento de pena que es más grande que yo y que todos mis chicos. No puedo hablar más que de su entereza el sábado en el funeral y su nerviosismo hoy, comiéndose permanentemente las uñas. No puedo hablar más que de lo muy bien que se portaron los chavales y de lo muy orgullosa que estoy de ellos. No puedo hablar más que de las llamadas que recibí esa mañana y de lo pendientes que estuvieron para que todo saliera bien. No quiero hablar más que de ella: de sus mil noches sin dormir, de sus luchas contra el tiempo por ver crecer a su hijo, de sus ganas de vivir por todo y contra todo, de sus ganas frente a su miedo, de sus mil ingresos en el hospital, sus ocho años de visitas semanales para ponerse la quimioterapia, sus pocas ganas del final, sus ganas de acabar dejando las cosas hechas (hizo la compra en la carnicería el mismo día de ir al hospital, probablemente, sabiendo que no iba a volver). Ahora VM es "libre"; ella, su madre, le guiará por el camino correcto pero, esta vez, por fin, ya sólo vivirá las sonrisas que compartió con ella más allá del dolor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ay, Cris, qué poco, qué poco, te puedo decir.....

Cris dijo...

Ya está todo dicho. Gracias.