lunes, enero 02, 2006

Desconcertada

Ha sido un día raro, se marcha Ra y no he podido despedirla. No voy a echar balones fuera, seguramente yo debí llamar para decir que sí iba pero que llegaría tarde, pero ellas no me esperaron y luego no he tenido forma de hablar con ellas... Así que me quedé con P.Pareo, claro que hay cosas a las que no vamos a poner peros, no? ;-) Bueno, da igual, si estoy con toda la intención de seguir en dique seco una temporada....

Hablé con Carlos, mi amigo dominicano que se vino a España porque se enamoró de una nena que conoció en Taizé, está triste, muy triste, y es que, en ocasiones, para llegar a un bien grande hay que pasar por varios males pequeños, aunque en su caso no sé cómo es capaz de llevarlo: está lejos (lejíiiiiiisimos) de su gente y, para colmo de males, la madre de la chica por la que se ha venido no debe ver con buenos ojos que su hija esté liada con un dominicano negrito que ha dejado su vida atrás y viene a trabajar en cualquier lugar de mierda. Claro, es que es negrito y es poco para su hija..... (ejem) Lo peor de todo es que, hablando con él, se me echó a llorar cuando le dije que yo le quiero mucho, que estoy a su lado y que no importa la hora a la que me necesite voy a estar de su parte. Me jode que alguien que lo ha dejado todo por amor esté viviendo la situación que ahora vive él...

Hoy me siento rara... No ha habido, tampoco (lo malo es que me siga sorprendiendo), noticias de M. en todas las Navidades. Y luego volverán las sonrisas cómplices; esta vez no quiero dejarme cegar por sus ojos tristes o por la sonrisa que me regala cuando me ve; mi estabilidad es más importante que él y no pienso dejarle que la ponga en juego... Y es mi decisión: cambio pequeños momentos de alegría por grandes momentos de comeduras de tarro... Y él no merece tanto la pena... (o sí?? ayyyyy!!!!!)

Además la historia de C., del que hablo en un comentario que está un poco más abajo, me hace daño, no puedo evitar pensar qué hizo ese chico en mi vida y en porqué tengo la sensación de que se ha convertido en una de las historias más importantes de mi vida. Quizá es sólo la sensación de quien está con una idea en la cabeza y con algo rondándole el alma, pero... no puedo evitar pensarle.

Por lo demás pienso que empezar un año nuevo supone un viejo reto, nada cambia de un día para otro. No me propongo nada nuevo de un día a otro, sólo quiero seguir adelante con mis proyectos, conseguir sacar a flote mis sueños, conservar a mis amigos, seguir sonriendo, ganarme más abrazos, encontrar lo que perdí y descubrir lo que me falta. Pero eso no es nada nuevo y no es fruto de haber empezado este año, es la continuación de mis 26 años de camino. Nada empieza hoy...

1 comentario:

Ordelina dijo...

Discrepo con usted y le digo que todo empieza hoy, en su mano está. En la mía también, aunque doy por bueno su diagnóstico de padecer cobardía.