miércoles, mayo 17, 2006

Hoy me han hecho un regalo: una carta. En ella me pedían que volviera a sonreir, que me olvidara de la autocompasión en la que parece que me he quedado estancada, que nadie tiene que soportar caritas que no corresponden a la sonrisa que yo he tenido siempre.
La autocompasión no es un camino y, si lo es, sólo conduce a la destrucción. Eso me han dicho... Y, lo mejor, es que tiene razón. Empieza el nuevo camino: a vivir, a crecer, a sonreir, a luchar, a mirar con ojos nuevos, a ser feliz de nuevo. Hoy ya es el momento, un buen momento para empezar a sonreir.
Gracias por la carta a quien me la dio, me la leyó y me emocionó...

1 comentario:

Anónimo dijo...

La única alegría del mundo es comenzar. Es bello vivir porque vivir es comenzar, siempre, a cada instante. Cuando falta ese sentimiento - prisión, enfermedad, costumbre, estupidez - querríamos morirnos.

Cesare Pavese