lunes, agosto 27, 2007

Hoy, hablando con un amigo, me he acordado de nuevo de lo que fueron las sensaciones que tuve hace algo más de un año. Riaza, sí, de nuevo Riaza.

Me decía mi amigo que ya cambiaré, que ya dejaré de confiar en la gente tal y como lo hago ahora, porque piensa que doy demasiada importancia a las relaciones personales. Y me he visto reviviendo los peores momentos allí; esos en los que pensé que jamás volvería a confiar en nadie, esos en los que toda la gente parecía culpable de traiciones que nunca cometieron.

No quiero volver a no confiar en nadie, creo que eso fue lo que me llevó al nivel de destrucción que alcancé. Recuerdo cuando Santos me dijo que pusiera nombre a mis fantasmas, que intentara hacer una lista con todas las cosas que me estaban haciendo daño y a las que tenía miedo. Ya no recuerdo las que puse (fueron tantas…) pero ahora, con la cicatrización producida por el tiempo, sí sé un nombre importante: desconfianza.

No sé vivir pensando que la gente me quiere hacer daño. Llamadme ingenua, tonta o ilusa, pero no entiendo por qué tengo que ir siempre mirando hacia atrás a ver si alguien me clava un puñal. Prefiero confiar en la buena gente, en las buenas intenciones. Aunque luego me vengan mal dadas, o aunque luego me llamen Heidi.

3 comentarios:

pablete dijo...

seguro que la intencion no es hacerte recordar los malos momentos, si no ofrecerte un simple punto de vista e intercambiar impresiones, pero es importante que lo tengas ahora claro y que seas feliz.
Espero que en mi tambien confies, y me guardes en una de tus cajas, mua

Yayo Salva dijo...

Yo también soy muy confiado, y aunque a veces alguien me sale "rana", no por ello dejaré de ser como soy.

Por cierto, puedes utilizar mi entrada sobre el calentamiento global como creas más oportuno.

Un beso.

Cris dijo...

Siempre llevo a los amigos, pero no en cajas, sino en el coche, es más cómodo:p

A mi no creo que me valga la pena enfadarme tanto con el mundo que decida ignorar la maravilla que supone tener gente a mi alrededor. Gracias por permitirme usarlo. Un besote